Como voluntaria del Grupo Espartano trabaja activamente en contextos de encierro. «Nos basamos en tres pilares fundamentales: la educación, el deporte y la espiritualidad», aseguró para graficar la noble actividad que realizan tanto en Argentina, como en otros países.
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La referente de Fundación Espartanos, Marcela Pandolfo fue entrevistada por La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes y LT25 Radio Guaraní, de Curuzú Cuatiá.
En amena conversación con el periodista Gustavo Adolfo Ojeda, la entrevistada dio detalles de su vida, trayectoria y objetivos que cumple en esta asociación civil.
A continuación, el desarrollo de la charla.
Buenos días, preséntese a la audiencia y coméntenos que actividades realiza.
-Trabajo como voluntaria en Fundación Espartanos. Es un proyecto que nació hace más de 15 años en un penal en San Martín, Unidad 48 en San Martín, Provincia de Buenos Aires. Hace más de ocho años está ya en Corrientes como Comunidad de Espartanos. Como a nivel nacional, Espartanos está trabajando también en otros países de Latinoamérica, Uruguay, Perú, Chile, El Salvador, está también trabajando en España, en Kenia. El objetivo fundamental es apuntar a la reinserción, a la rehabilitación y a la reinserción en sociedad de las personas privadas de su libertad. En este trabajo es fundamental el apoyo que tenemos del servicio penitenciario, la verdad es que sin su apoyo nada de todo esto podría hacerse.
En Corrientes puntualmente nuestro referente es Juan Enrique Gómez, que lidera un grupo de psicólogos sociales. Se está trabajando en varios penales, en la Unidad 3 Instituto Pelletier de Mujeres, en la 1, en la 4 y en la 7. Este proyecto de Fundación Espartanos, de Comunidad de Espartanos, se basa fundamentalmente en tres patas que son, la educación, el deporte y la espiritualidad. En educación, los internos participan por supuesto de todo lo que se les ofrece, educación escolar, educación terciaria, hay talleres que apuntan a la salida laboral, distintos tipos de talleres para adquirir habilidades y adquirir oficios. Desde el deporte, se les ofrece a las Amazonas, que es el equipo de mujeres del Pelletier, entrenamiento de fútbol, partidos de fútbol; a los hombres, en las otras unidades, se les ofrece rugby. Entonces, como desde Fundación Espartanos se considera muy importante la educación, es condición fundamental para que puedan participar de los proyectos de deportes que asistan a clases y a talleres. Si no asisten a clases y a talleres, no pueden participar del deporte. El deporte, tanto el fútbol como el rugby, lo que tiene es que les da determinados valores, que quizás son valores que por falta de oportunidades o por distintos motivos no han tenido en su desarrollo, en su crianza, en su educación. Entonces, lo que les da es un sentido de pertenencia, sentido de grupo, sentir el apoyo del grupo, el hecho de que todos tiran juntos con un mismo objetivo, todos tiran juntos para adelante, el sentir y la evidencia de que un objetivo se consigue con el esfuerzo de todos.
Todas estas son experiencias muy fuertes, que hay muchas de estas personas que las viven, las tienen por primera vez, que no las han experimentado nunca, y eso lo sostiene muchísimo. Esto hace que quieran esforzarse, que entiendan que el esfuerzo lleva a un objetivo, que uno se puede caer, puede tener un error en la vida y puede volver a levantarse. De hecho, hace unos diez años, más o menos, el Papa Francisco los recibió a un grupo de Espartanos que viajaron al Vaticano y una frase que a ellos les quedó mucho fue cuando el Papa les dijo: «No importa, lo importante no es caerse, sino no permanecer caídos». Entonces, esa frase para ellos es como un motor de vida, ¿no es cierto?, que hay que levantarse y volver y ahí buscar la segunda oportunidad. A esto, es lo que apunta el proyecto de Espartanos, a que estas personas privadas de su libertad encuentren un sentido y quieran volver a intentarlo, quieren una segunda oportunidad. Entonces, que el tiempo que pasan en prisión no sea tiempo en vano, ocioso, sino que sea tiempo en el que ellos se preparan físicamente, psicológicamente, espiritualmente, se preparan para el día que recuperen su libertad.
Otra de las patas, yo te decía que el proyecto se basa en tres patas, una es la educación, otra es el deporte y la tercera es la espiritualidad. Entonces, nosotros en Comunidad de Espartanos en Corrientes estamos arrancando con el proyecto de espiritualidad. Tenemos un espacio cada dos o tres semanas en donde nos reunimos con las personas, con los Jabalíes que son los que forman parte del equipo de rugby, nos reunimos con ellos, empezamos a ver el rezo del Rosario, que si bien es una oración católica y no necesariamente todos son católicos, y no todos por ahí saben rezar, el Padre Nuestro o el Ave María van aprendiendo. Tenés que ver el respeto que tienen en ese momento. Vos ves que algunos rezan, otros participan en silencio, están por ahí pensando, están poniendo sus intenciones. Es un momento que ellos se inspiran muchísimo, que a veces decís que les va a ser muy aburrido, y realmente ellos nos dicen, para nosotros este momento lo esperamos, por favor no dejen de venir, acompáñennos… Es un momento de compartir, de poner intenciones, de poner pedidos, de agradecer. Agradecen mucho por un día más de vida. La verdad es que es un momento de compartir muy lindo y profundo.
Este es un proyecto nacional, así que seguramente en su momento van a estar los Espartanos en toda la República Argentina, ¿o ya están?
-Ya están, ya están en muchas provincias, muchas. Yo no tengo ahora para decirte de memoria, pero están trabajando en muchas provincias en todo el interior de Argentina. Ya te digo, son más de 3.000 personas alrededor del país que participan, personas privadas de su libertad, más de 3.000 proyectos en todo el país, más de 600 voluntarios, cárceles de hombres, cárceles de mujeres. Es un proyecto ya muy expandido.
Me quedó grabado eso, de que lo importante de última no es caerse, sino no estar caído permanentemente.
-Exacto, ese fue un dicho del Papa Francisco que a ellos les pegó muchísimo y que lo repiten y lo repiten. Es más, hay un libro muy lindo, si algún día querés leerlo, que se llama justamente No Permanecer Caído. Lo escribió Federico Gallardo y recopila testimonios de Espartanos, de personas que han pasado por el penal de San Martín y que contaban su vida. Entonces vos ves ahí muy distintas situaciones que han vivido, ves gente que ha caído en la delincuencia por muy distintos motivos, por falta de medios, por necesidad económica, porque era el modo de vida familiar, por personalidad transgresora, por muchísimos distintos motivos. Pero realmente es muy movilizante ver cómo ves la voluntad de cambio.
Yo me acuerdo una vez, un Espartano, una persona que estaba privada de su libertad, hablando con una voluntaria, y esta voluntaria le decía: «Ay, qué amoroso, ay, qué amor que son». Esta persona que estaba presa le dijo: «No, mirá, fulana, no somos un amor. La verdad es que no, somos delincuentes. Yo robé un banco, él mató a la novia, nos equivocamos, somos personas que nos equivocamos, pero que queremos una segunda oportunidad y queremos hacer las cosas bien». Entonces este, creo yo, es el gran objetivo y el gran logro de este proyecto.