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Cómo un Tucán víctima del mascotismo recuperó su libertad en Corrientes

Apolo, un majestuoso tucán toco (Ramphastos toco) juvenil, surca hoy los cielos de Corrientes, un testimonio de la perseverancia y el compromiso con la vida silvestre del equipo del Centro de Conservación Aguará. Su historia, que comenzó con su rescate, se transformó en un inspirador relato de rehabilitación y regreso a la libertad.

Apolo llegó al Centro Aguará en septiembre de 2023, una víctima más del cruel y extendido problema del mascotismo. Sus plumas, vitales para su vuelo y supervivencia, habían sido cortadas, dejándolo imposibilitado para la vida silvestre. Lo que siguió fue un desafío monumental: casi dos años de dedicación incansable para desandar el camino de la domesticación y devolverle sus instintos naturales.

El equipo de bienestar animal del Centro Aguará se embarcó en una tarea delicada. Debido a la fuerte impronta humana que Apolo había desarrollado, fue fundamental estimular sus comportamientos silvestres, enseñarle a buscar alimento por sí mismo y a desenvolverse en un entorno natural. Con ingenio y paciencia, implementaron una serie de técnicas, desde el enriquecimiento alimenticio, que lo obligaba a ingeniárselas para obtener su comida, hasta el uso de aversivos controlados para desvincularlo de la interacción humana. Apolo pasó por distintos recintos, cada uno diseñado para simular su hábitat natural, y se sometió a ejercicios de musculación para fortalecer sus alas y prepararlo para el vuelo libre.

La transformación de Apolo es un reflejo del poder de la dedicación. Día tras día, el equipo lo guio, paciente y firmemente, hasta que el tucán recuperó la vitalidad y las habilidades innatas que todo animal silvestre necesita para prosperar en su entorno. Finalmente, después de una rehabilitación que se extendió por un año y diez meses, llegó el momento tan esperado: Apolo fue liberado. Su figura, alzándose en el cielo correntino, es un símbolo de esperanza y de la incansable labor de quienes creen en el derecho de cada ser vivo a la libertad.

La historia de Apolo, deja una lección profunda: los animales silvestres no son mascotas. Su lugar está en la naturaleza, en la vasta complejidad de los ecosistemas que los vieron nacer. Disfrutar de nuestra fauna significa observarla en su hábitat, maravillarse con su comportamiento natural y proteger la libertad que les ofrece su propio entorno.

Este éxito es el resultado del esfuerzo conjunto de numerosos equipos y voluntarios, cuya pasión y compromiso han hecho posible el rescate, la rehabilitación y la liberación de Apolo. Cuidar la fauna es una responsabilidad compartida.

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