Colin Greenwood, el bajista de Radiohead, acaba de lanzar How to disappear (Cómo desaparecer – Un retrato de Radiohead), un libro con casi 100 fotos inéditas y un ensayo de 10.000 palabras sobre los años 2003 a 2016.
Mientras toca con Nick Cave & The Bad Seeds, Greenwood publica este retrato íntimo que revela lo cotidiano y reactiva las especulaciones sobre un Radiohead Tour 2026, en el año del 40º aniversario de la banda.
La versión original en inglés salió en octubre del año pasado y ahora se publicó en castellano por la editorial española Sexto Piso.
Nada de selfies ni poses preparadas. How to Disappear es justo lo contrario: un retrato de Radiohead sin artificios.
Entre 2003 y 2016, Greenwood llevó su cámara a giras, hoteles, ensayos y camarines para capturar lo que no se ve desde la platea: en la época de los discos Hail to the Thief a A Moon Shaped Pool, cuando Radiohead navegaba fama y reinvención permanente.
Son fotos sin filtro de cinco amigos entre silencio y multitudes. Micros, cuartos de hotel y tiempos muertos. Greenwood apunta donde otros no miran: luz tenue, gestos distraídos, pies descalzos en escaleras, una charla perdida en un pasillo de hotel.
¿Público? Nada de eso, no aparecen los fans. Tampoco hay poses ni brillo impostado: solo ellos.
Cuando saca fotos, el bajista opta por los detalles pequeños: una bolsita de té a medio usar, la mirada de Thom Yorke antes de salir a escena, un acordeón en el piso de un estudio de grabación. Momentos que no parecen importantes hasta que los vemos en conjunto y muestran otra narrativa: la de la espera. El tiempo, ese ingrediente sin el cual no existiría la música.
El diseño acompaña: tapa en tela Cialux, papel de arte y edición de coleccionista que se siente como objeto de culto. No es souvenir de merchandising ni librito de mesa ratona: parece querer pertenecer al mismo universo conceptual de los discos de la banda, esos que no se consumen de fondo, sino que se habitan y se (re)descubren a lo largo de los años.
El ensayo fotográfico de Colin Greenwood sobre Radiohead
Las casi mil palabras del ensayo escrito por Greenwood funcionan como una historia muy personal, dividida en tres capítulos. Allí aparecen recuerdos de adolescencia y del camino de la banda: los comienzos como amigos de secundaria, un profesor de música que les recomendó escuchar a Francis Poulenc, compositor francés del siglo XX, y los años en que eran un grupo que solo se dedicaba a ensayar.
Las imágenes no buscan contar la historia oficial de la banda ni ofrecer anécdotas fáciles de backstage para fans curiosos. Lo que intenta Greenwood es detener el tiempo: fijar instantes que, en la memoria, quedan suspendidos.
Habla de viajes interminables en gira, de aeropuertos que se confunden, de cuartos de hotel idénticos en ciudades distintas. De cómo sus colegas de R.E.M. les enseñaron a enfrentarse al público multitudinario.
El estudio en Oxford como refugio, la tensión entre la vida familiar y la exposición pública, los compañeros como amigos que a veces se pierden en el ruido. Greenwood escribe sobre la necesidad de mirar lo que pasa cuando nadie los está mirando.
El relato está cruzado por casi todos los discos de Radiohead. Y los textos son como debería ser la biopic perfecta de un grupo: entre la historia y lo personal, el proceso creativo, la composición y la técnica.
Algo cercano a la minuciosidad íntima de Get Back, el documental de los Beatles, pero narrado con la franqueza de un Holden Caulfield que cuenta su propia novela de formación musical.
Ahí aparece el momento en que se dieron cuenta —en la grabación de Black Star— que su productor artístico Nigel Godrich cambiaría al grupo para siempre. O la manera en que Stanley Donwood se hizo cargo de la estética conviviendo incluso en las grabaciones.
Aparece el entusiasmo casi ingenuo cuando invitan a sesionistas o músicos de música contemporánea al estudio, el fanatismo de Thom Yorke por Charles Mingus, el propio Greenwood escuchando de adolescente sin parar a Joy Division, The Fall y New Order.
Pero Greenwood no escribe desde la nostalgia, sino con la precisión de quien estuvo adentro y sabe cómo una banda puede transformarse para seguir viva.
2003-2016: los años en que Radiohead se reinventó
¿Por qué las fotos fueron sacadas entre 2003 y 2016? Porque son los años en que Radiohead ya había sobrevivido al peso de OK Computer y Kid A, pero que todavía no había entrado en balances y giras retrospectivas. Años de riesgo y redefinición sin perder masividad.
Greenwood congela la época y la derrite: ensayos en los que se experimenta con loops analógicos, la fragilidad de una sonrisa robada a Thom Yorke , la belleza que lastima en los gestos de su hermano Jonny Greenwood .
En esas fotos aparecen los signos de un grupo que aprendió a desaparecer para seguir estando. Funcionan como una máquina de percepción: hacen escuchar sonidos. Una luz filtrada recuerda el inicio de Everything in Its Right Place. Una cara velada se convierte en How to Disappear Completely.
¿Un Radiohead tour 2026?
El lanzamiento de How to Disappear coincide con rumores sobre un regreso de la banda. En entrevistas recientes, Greenwood contó que Radiohead volvió a ensayar y que “con un par de semanas más podríamos salir de gira”.
Esa declaración alimentó las especulaciones sobre un posible Radiohead tour 2026, justo en el año en que la banda celebra cuatro décadas de historia.
How to Disappear no es la historia oficial de Radiohead. Es un retrato íntimo: la sensación de estar en el centro de una banda que aprendió a desaparecer para seguir existiendo. Y el ensayo de Greenwood refuerza esa experiencia: se abre y se se cierra entre sus páginas como Nude. Frágil y cercano, volviendo siempre cuando parecía haberse perdido.