Desde el lunes, el gobierno estadounidense dejó en claro que está dispuesto a jugar fuerte para bancar la administración de Javier Milei. El gobierno argentino se mostraba a la deriva en medio de la corrida cambiaria. El viernes 19 el Banco Central había vendido USD 678 millones (y más de 1.100 millones sumando las ventas de los tres días finales de la semana pasada) y no le alcanzó para evitar que la cotización del dólar oficial siguiera subiendo. Todo hacía prever una semana todavía más turbulenta cuando abría la jornada financiera el lunes 21.
Pero un posteo en X del secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y un regalo impositivo a los exportadores de granos y carnes (derechos de exportación cero hasta el 31 de octubre) cambiaron el panorama abruptamente. Sin precisiones, el funcionario estadounidense avisó que la administración de Donald Trump estaba dispuesta a hacer todo lo que hiciera falta para evitar el colapso financiero de la Argentina de Milei. A partir de estas novedades de primeras horas del lunes, la cotización del dólar oficial bajó fuerte, y subió fuerte el precios de las acciones y bonos argentinas, que venían castigadas por las turbulencias de las semanas previas.
Después de la breve reunión de ayer entre Javier Milei y Donald Trump, donde el primero se llevó una carpeta cuyo contenido era una hoja con la impresión de un reciente posteo del presidente estadounidense en la red X donde manifestaba su apoyo a Trump, hoy miércoles se conocieron los detalles de lo que la administración de EE. UU. está dispuesta a hacer en pos de la estabilidad financiera en Argentina que le permita a Milei transitar las elecciones sin turbulencias en económicas. Fue, nuevamente, a través de un posteo en X de Bessent. Allí se dio a conocer un amplio arco de iniciativas que podría tener la administración yanqui para asistir económicamente a la Argentina. La más rápida a concretarse es un canje de monedas (swap) por hasta USD 20 mil millones para engrosar las reservas del Banco Central (BCRA).
Yesterday, @POTUS and I spoke extensively with President @JMilei and his senior team in New York. As President Trump has stated, we stand ready to do what is needed to support Argentina and the Argentine people.
Under President Milei, Argentina has taken important strides… https://t.co/TlzvkbNxII
— Treasury Secretary Scott Bessent (@SecScottBessent) September 24, 2025
Bessent agrega que no está descartado tomar otras medidas, desde echar mano del Exchange Stabilization Fund para dar crédito stand-by hasta comprar bonos en dólares del Tesoro de Argentina.
En lo inmediato, el swap concedido funciona de forma similar al que ya tiene el BCRA con el Banco Central de la República Popular de China, aunque este último se fue convirtiendo, en algunas coyunturas críticas, en un instrumento para pagar también importaciones provenientes de China (y también de socios del Mercosur).
En sí mismo el swap no consituye una nueva deuda, hasta el momento en que se echa mano de los dólares aportados por el Tesoro de EE. UU. para intervenir en el mercado cambiario. Sólo los dólares efectivamente utilizados generan un pasivo (y algún niveles de interés que al momento no está especificado).
En los hechos las reservas netas se mantienen sin cambios porque la contrapartida es un pasivo por valor equivalente a los dólares recibidos. No obstante esta limitación, con esta inyección la autoridad monetaria muestra más poder de fuego. La aspiración, favorecida en lo inmediato por la caída del valor del dólar ocurrida desde el lunes, es que alcance el anuncio para transitar la coyuntura hasta las elecciones si nuevas turbulencias en el frente financiero. Si esto se cumple, la ayuda de EE. UU. habrá sido centralmente simbólica, sin necesidad de que el BCRA eche mano a los dólares virtualmente aportados por el Tesoro.
Imperialismo desembozado
EE. UU. juega fuerte para salvar al gobierno que le gusta a Trump. Y para fortalecer en América Latina un punto de apoyo clave en su competencia con China. Aunque no lo pida explícitamente, el mayor apoyo norteamericano pretende avanzar en detrimento de la asistencia de China. Bessent ya dijo hace meses que espera que Argentina decida la baja del swap con China. No es sencillo que eso ocurra, pero por ese lado van las pretensiones estadounidenses.
El destino del swap, que aumenta la liquidez del BCRA, es otorgar un respidador artificial a un esquema cambiario que duró poco más de 4 meses y, si no fuera por los anuncios de EE. UU. y el obsequio a las cerealeras con las retenciones, habría colapsado esta semana. Se busca estirar la situación hasta después de las elecciones. No puede descartarse que esto ocurra, pero tampoco está asegurado que puedan sostener este esquema maltrecho sin cambiarlo ni tener que volver a vender dólares en estas semanas, a pesar del mayor poder de fuego que le condede la ayuda del Tesoro.
Pero, como anuncia Bessent, si hiciera falta harán todavía más cosas para asegurar que la situación financiera no se vuelva a desmadrar. Lo que sea necesario. El único objetivo que importa es sostener a Milei. Preservarlo del fracaso del esquema que, con aval del FMI, armaron hace poco más de 4 meses para salir de la encerrona financiera en la que este mismo equipo económico se habían puesto desde finales del año pasado. Luis Caputo, autodenominado “el Messi de las finanzas” acumula en lo que va del gobierno de Milei tres pifiadas notables. Estas salieron caro en materia de dólares de reservas sacrificados, lo cual debió ser compensado con más deuda del FMI. Ahora el Tesoro se convirtió en garante, y, de ser necesario, también prestamista. Notablemente, en el mensaje de Bessent se habla de cambios en la política económica argentina, pero estos se limitan a la finalización del “tax holiday” para los exportadores, es decir, las retenciones cero aplicadas el lunes. Asíu como el FMI viene haciendo la vista gorda con los groseros errores de Caputo y sus “tres anclas” desde el acuerdo de abril, Bessent tampoco hace referencia a esto ni plantea cambios para asistir.
El gobierno de Milei agrega más recursos, porque no le alcanzó con la hipoteca formidable e impagable que se viene acumulando hace años con el FMI y otros acreedores. Todo con una mira plenamente cortoplacista enfocada en las elecciones. Así como ocurrió con el préstamo del FMI, está listo para dilapidar los aportes del swap, aunque aspira a no tener que usarlos.
Contra el interés de la nación
Aún si la ayuda norteamericana pospone la crisis por un tiempo, los problemas de fondo de la macroeconompia mileísta, que surgen de su lógica de favorecer la estabilidad para los negocios financieros, se mantienen. A lo sumo se patea para adelante el estallido o la inevitable reformulación de este esquema para después de las elecciones, con el abandono de las bandas cambiarias y un formato de libre flotación de la moneda. En el medio algunos especuladores seguirán ganando gracias al efecto de los dólares del Tesoro sobre los activos y el precio del dólar.
Como ya viene ocurriendo con el parate económico, otro efecto de las “Mileinomics” que Trump y Bessent buscan recauchutar, los costos del desbarranque (crisis externa y devaluación) serán descargados sobre los trabajadores y sectores populares, que además ya pagaremos los alimentos más caros gracias al regalo impositivo al agro y al ajuste que habrá en otras partidas para compensar la caída de la recaudación de retenciones (para algunos “sí hay plata”).
Entonces, si es la asistencia del Tesoro de EE. UU. preanuncia (aunque todavía de manera virtual) más deuda para favorecer al gobierno que le gusta a Trump, y para estirar la sobrevida de un esquema que igual va a colapsar y exige quemar más dólares solo para durar un mes y pico más, ¿en interés de quien se contrae estos nuevos pasivos?
La doctrina de la deuda odiosa define que la misma es 1) aquella tomada por un Estado que no representa ningún beneficio para su población; 2) con la complicidad de los prestamistas, que otorgan crédito sabiendo o teniendo capacidad de saber que los fondos prestados no beneficiar a la población y/o serán usados para fines contrarios a sus intereses.
¿No aplican estos criterios de deuda odiosa para las obligaciones que puedan surgir de este nuevo pacto de coloniaje que realizan Milei y Caputo con Trump y Bessent?